jueves, 6 de agosto de 2009

Que asi sea


Una tarde de esas que en el llano parece que va a llover y pasa asi todo el dia, esa fue esta tarde.

Sali de Araure a buscar a mi hijo Ybrahim a Barquisimeto -"termine clases, co..o papá me puedes buscar que no tengo cola para irme"- a las 4 te busco.

Me fui solo y para disfrutar un rato tranquilo, mientras manejaba coloque música y me fui escuchando a Richard Bona , un camerunes que de verdad es extraordinario virtuoso del bajo y del canto.

De regreso ya con Ybra le comento que bueno este tema vamos a escucharlo; "bueno papá de verdad que no me gusta la samba" fue su tajante respuesta. Bona no hace samba, hace jazz, pero el tema en cuestión suena mucho a Brasil.

He podido decirle: igual lo oyes, te jodiste por que yo tengo el mando, pero pense; eso se lo enseñe yo, a hacer valer sus criterios, a expresar sus ideas y si no estas o estas de acuerdo con algo decirlo, expresarlo con decencia, pero nunca callarlo.

El regreso fue sencillamente especial, conversamos, le escuche sus ideas, sus planes, discutimos asuntos, comentamos cosas, hablamos todo el camino y de verdad que me senti que viaje con un amigo con el que comparti sus sueños y sus proyectos y tambien sus preocupaciones, propias por su puesto de los 22.

Hoy más que nunca estoy seguro que valio la pena haberles enseñado a mis hijos, el repeto por las ideas y el espacio de los demas. Haberles enseñado a utilizar con criterio su libertad.

Cuando regrese a casa, me encontre dormida a mi recien nacida hija de una semana; aquella figura fragil y tierna, angelical y pura de Emma, me hizo evocar las cosas mas bellas de la vida; de verdad nunca pense en las cosas malas que estamos viviendo.

Eso creo que es la escencia de la belleza que te brinda la tranquilida de sentirte util y amoroso con los tuyos, sin esperar nada a cambio y con la conciencia tranquila por la satisfacción de la labor cumplida.

Cada vez estoy mas convencido de que si vas por la vida con la mirada alegre e irradiando amistad, la vida te devuelve la misma sonrisa, a veces no tan brillante como quisieras, pero la devuelve y el futuro se percibe mejor que el presente y superior al pasado.

Espero que esa misma luz que ya brilla en la mirada de mis hijos Karela, Ybrahim y Emma, se mantenga muchos años despues de que ya yo no este.

Seguro tendremos un mundo mejor, si recuerdan mis consejos sobre no guardar odio ni rencor por nada y por nadie, por muy malos que esos seres hayan sido. Seguro viviran felices.
Que asi sea
YAS